Prevención del cáncer de mama

La prevención de cáncer de mama es la mejor forma de evitar la enfermedad, seguir unas pautas de vida saludables son, sin duda, la mejor forma de hacerlo.

La palpación de bultos sospechosos acostumbra a ser uno de los síntomas más habituales. El ginecólogo o especialista determinará a través de las pruebas pertinentes cuál es el problema real.

Las mamas son grandes receptores de estrógenos y esto se relaciona con una mayor tendencia, en las mujeres, a tener cáncer en esta zona.

Etiología

Hay factores que pueden favorecer o aumentar las probabilidades de un cáncer de mama. Entre las causas del cáncer de mama que hoy en día se tienen más presentes destacamos:

  • Sexo y edad: las mujeres de más de 50 años son más proclives.
  • Tendencia: bien porque la persona ya haya padecido otro cáncer o bien que sus familiares lo hayan padecido.
  • No tener hijos o hacerlo de mayores: A más cantidad de menstruaciones tenidas más exposición a los estrógenos. Menopausia tardía y menstruación desde muy joven también son factores en contra.
  • Ambiente de vida o trabajo: el contacto diario con productos químicos o pesticidas pueden agravar o provocar una mayor tendencia.
  • Dieta y estilo de vida: una mala dieta, obesidad y falta de ejercicio físico. El estrés permanente y algunas medicaciones también influyen de un modo notorio.
  • Desequilibrio estrogénico: en su cantidad adecuada el cuerpo los necesita para realizar múltiples funciones (estado de la piel, mucosas, equilibrio hormonal, etc.) El problema es que hoy en día hay una mayor exposición a los estrógenos que hace años ya que se tiende a menstruar antes, se tienen menos hijos y, sobre todo, porque ingerimos más estrógenos químicos a través de pesticidas, hormonas en los animales de granja, terapia hormonal sustitutoria y los que liberan los plásticos y otros contaminantes que vuelven a nosotros a través de la cadena trófica.

La mejor dieta para la prevención del cáncer de mama:

  • Evitar el alcohol y los hábitos de vida tóxicos (exceso de café, drogas, etc.) ya que debilitan nuestro organismo y lo acidifican más.
  • Aumentar la proporción de alimentos antioxidantes. Las frutas son algunos de los alimentos más antioxidantes. Podemos destacar las granadas, arándanos, Açai, mangostán, frambuesas, moras, bayas Goji, albaricoques, papaya, etc. Entre las verduras tenemos la calabaza (zapallo), brécol o brócoli, col, ajo, chiles, etc.Los frutos secos y las semillas también nos aportarán gran cantidad de nutrientes antioxidantes (como la vitamina E): almendras, nueces, semillas de girasol, etc.)En general, aumentar los alimentos frescos y reducir los fritos y todos aquellos alimentos refinados e industriales. Recordemos que buscamos un efecto alcalinizante sobre nuestro organismo. En un medio más ácido es donde el cáncer se reproduce mejor.
  • Evitar los alimentos estrogénicos: reducir al máximo los productos lácteos ya que son un auténtico cóctel de hormonas y ante esta enfermedad, según la medicina natural, lo último que necesitamos es que un alimento nos desequilibre más. Recordemos que el calcio también lo encontramos en el sésamo (ajonjolí), las algas, los frutos secos, las semillas de Chía, de amapola, cereales integrales, etc. Algunos especialistas también recomiendan evitar la soja y sus derivados. Otros dicen que como actúa como un fitoestrógeno podría ayudar, incluso, a eliminar ese exceso estrogénico.
  • Aumentar la cantidad de fibra: aunque los estrógenos son imprescindibles es muy importante que cuando han terminado su viada útil los podamos eliminar adecuadamente ya que sino pueden tender a depositarse en los receptores de estrógenos (mamas en la mujer y próstata en los hombres).Las verduras, legumbres y cereales integrales no deben faltar, pues, en esta dieta. Las semillas de lino también parecen ser buenas «eliminadoras» de esos estrógenos que ya no son útiles.
  • Reducir la grasa al máximo y cuidar su calidad: la grasa, especialmente la animal, favorece la producción de estrógenos y además tiende a acumular muchas toxinas.

¡Cuidado con la resistencia a la insulina!

La insulina es una hormona «cerrojo» ya que interviene en muchos otros procesos. Si no está en equilibrio también puede haber un aumento de estrógenos.

Comer 4-5 veces al día y evitar el exceso de alimentos dulces y refinados puede ser de gran ayuda.

Plantas medicinales que ayudan a la prevención del cáncer de mama

El té verde y el té rojo son muy antioxidantes. Podemos tomarlos junto con alguna planta depurativa del hígado (alcachofa, diente de león, romero, etc.), del riñón (cola de caballo, estigma de maíz, etc.) y del pulmón (tomillo, pulmonaria, etc.)

Aquí buscaremos ayudar a limpiar de toxinas el organismo a través de sus vías de depuración más importantes (hígado, riñón y pulmón)

El intestino ya debe de funcionar correctamente si nuestra dieta es rica en fibra. Si no podemos aplicarnos una lavativa o añadir a la infusión alguna planta laxante (consultar con el médico o especialista)

Para la piel (otro emuntorio o vía de eliminación) podemos utilizar la bañera. Llenar media bañera con agua caliente y poner dos kilos de sal marina. Tomar un baño de 30 minutos.

También podemos bañarnos con agua caliente y terminar con agua fría (empezar progresivamente). Lo ideal sería buscar un especialista en hidroterapia ya que sus beneficios sobre el organismo son espectaculares.

Todas estas medidas nos pueden ayudar en la prevención del cáncer de mama.

En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa.

Fuente: enbuenasmanos.com