Grasa en el hígado, ¿podemos mejorar?

Muchas personas sufren de grasa en el hígado y desconocen que cuidando la dieta y teniendo en cuenta una serie de consejos pueden mejorar muchísimo.

Con sus 1.500 g. de peso, el hígado es la víscera más grande del organismo y la que mayor número de procesos químicos y funciones metabólicas realiza.

 Antes que la sangre, procedente del intestino, se reparta por el organismo, debe pasar primeramente por el hígado, el cual funciona como un gran filtro donde son neutralizadas la mayor parte de las toxinas y sustancias químicas extrañas al organismo que se ingieren como el alcohol, los pesticidas y la mayor parte de los medicamentos.

 Otras de las funciones principales del hígado es la de producir la bilis, necesaria para la digestión de las grasas. El uso de sustancias tóxicas y una dieta inadecuada supone una recarga a las funciones hepáticas en su esfuerzo por mantenernos vivos y saludables.

 ¿Qué significa tener grasa en el hígado?

Normalmente el hígado tiene 5 g. de contenido de grasa por 100 g. de peso. Cuando se establece mucha grasa en el hígado, el hígado tiene más de un 5% de su peso total en lípidos con predominio de triglicéridos;en esta situación estamos hablando de grasa en el hígado, hígado graso o esteatosis.

 Causas

Las causas aún no están completamente definidas, sin embargo, se consideran los siguientes aspectos:

Por trastornos metabólicos intrínsecos, es decir, originados en el mismo hígado en su función glandular (mal funcionamiento endocrino) o por alteraciones en los aportes externos.

 En el primer caso puede suceder que aumenta la síntesis de ácidos grasos (aumentando la grasa que se acumula en el hígado) o por la disminución de la oxidación de los mismos.

 Otras causas que la predisponen: enfermedades como la diabetes, la obesidad, hepatitis virales, alcoholismo, medicamentos para enfermedades crónicas, uso de corticoides, falta de ejercicio, dieta inadecuada (incluyendo no beber suficiente agua)

 Cuando se debe a alteraciones en los aportes externos, hay un aumento de ácidos grasos que son liberados hacia el hígado procedentes de dietas inadecuadas, lo que provoca que el hígado recargado, no pueda trabajar adecuadamente, disminuyendo el trasporte de triglicéridos hacia el exterior, acumulándose en el mismo.

 En dietas inadecuadas, comúnmente se da el exceso de carbohidratos liberados hacia el hígado los cuales son trasformados en grasas acumuladas.

 Síntomas de grasa en el hígado

Las personas que padecen esta condición muchas veces no presentan ningún síntoma, otras, presentan mal funcionamiento del hígado en términos generales, como digestiones lentas o pesadas, dolor de cabeza, dolor de espalda, dolor del lado derecho (donde se encuentra el hígado)

 Dieta adecuada

Los alimentos saludables pueden hacer mucho para favorecer la recuperación de las funciones del hígado, en cambio, las bebidas alcohólicas, los alimentos ricos en grasas y proteínas de origen animal, son sus principales amenazas.

Por esto es importante elegir bien los alimentos que se ingieren, evitando todos aquellos que sobrecargan su función y la ingesta continua de grandes cantidades. También evitar, hasta donde sea posible, los medicamentos de origen químico y los contaminantes alimentarios como pesticidas y demás.

 En una dieta adecuada para la salud del hígado deberíamos aumentar los cereales integrales, las frutas, las verduras, la miel, el aceite de oliva. Entre las frutas que benefician al hígado tenemos: las uvas, las manzanas, las ciruelas, el níspero, el tamarindo, el plátano, las fresas, la papaya. Otros alimentos beneficiosos: la alcachofa, la cebolla, el chucrut, el rábano, la tapioca, la endivia, la berenjena, las aceitunas.

 Se debe evitar el exceso de grasas saturadas y de proteínas de origen animal, el exceso de sal refinada, la carne de cerdo, los embutidos, los mariscos, la mantequilla, los fritos, los lácteos, el café, los azúcares y harinas refinadas y, por supuesto, la ingesta de bebidas alcohólicas.

 Plantas medicinales para cuando hay grasa en el hígado

Las plantas medicinales ejercen dos tipos de acciones principales sobre el sistema hepatobiliar: la colerética y la colagoga.

 Las plantas de acción colerética aumentan la cantidad de bilis segregada por el hígado y queda almacenada en la vesícula biliar para la digestión adecuada de las grasas, descongestionando el hígado y favoreciendo la digestión.

Las plantas colagogas facilitan el vaciamiento de la bilis al duodeno.

Las plantas medicinales especiales para el buen funcionamiento del hígado son: el cardo mariano, el boldo, el diente de león, el ajenjo, la verbena, polipodio, genciana, caléndula, espirulina, menta, ajenjo, saúco, tilo cuasia, hipérico, hepática, agracejo, fumaria. Entre las más efectivas se encuentra el Cardo Mariano, cuyo principio activo (silimarina), es capaz de regenerar las células hepáticas ya dañadas.

Otros consejos

Además de una dieta saludable, el ejercicio físico continuo, beber agua adecuadamente (antes de las comidas, no con las comidas), ya que se diluyen los jugos gástricos iniciando un desorden digestivo que alterará la digestión por completo, son un estilo de vida que todos, especialmente los que padecen de grasa en el hígado, debemos adoptar.

Fuente: www.enbuenasmanos.com

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