En los medios de comunicación se han revelado en los últimos años los resultados a nivel latinoamericano de diferentes encuestas sobre infidelidad, las cuales dan al menos dos datos relevantes: en un elevado porcentaje de parejas estables, se da un acto de infidelidad al menos en una ocasión durante su vida en común; y por otro lado, la infidelidad femenina es mucho más frecuente de lo que se pensaba, casi alcanzando a los hombres. Entonces si cada vez que escuchas la palabra “infiel” se te representa un hombre metido en una cama con alguien que no es su pareja en situación sexual, debes ir modificando ese chip… hoy las mujeres no son las mismas de antes, se han adueñado de su cuerpo y de su deseo, animándose a diferentes comportamientos que en otros tiempos solo estaban permitidos a los hombres.
Pero veamos, ¿los hombres y las mujeres cometen la infidelidad por el mismo motivo? Si bien cada situación es particular, mi experiencia como terapeuta de parejas me hace pensar que en líneas generales hay marcadas diferencias en cuanto a las motivaciones de cada género para llegar a una relación sexual –o incluso de pareja- paralela.
En el caso de los hombres, las infidelidades tienen como máximo motor a la búsqueda de novedad, transgresión y la salida de la rutina. Es curioso, pero a veces tienen sus encuentros sexuales con mujeres que –dicho por ellos mismos- son bastante menos atractivas que su misma pareja estable. Sin embargo, es lo diferente y lo impredecible lo que seduce. Otras veces es una fantasía en especial lo que mueve a la infidelidad: una mujer con características de imagen o de sensualidad muy particulares, un tipo de juego erótico que no está permitido en su pareja, o quizás una relación homosexual. Finalmente, también están los hombres que no entran a este tipo de relaciones por lo sexual, sino por lo afectivo. Se sienten atraídos por una mujer que escucha, acompaña y valora, cuando quizás esas virtudes no están presentes en una pareja en crisis o que no funciona como desean.
Vamos con las mujeres. Es cierto que esos mismos factores que describía para los hombres, más relacionados con las fantasías y el romper con la monotonía, también conducen a infidelidades de parte de ellas. Pero es más habitual que el inicio de la conducta infiel femenina se relacione más con una insatisfacción afectiva, de comunicación y romántica en su pareja. Cuando encuentra a alguien que le plantea, aunque sea a modo de juego, una situación de diálogo, comprensión, cariño, romanticismo y seducción, se anima a lo prohibido y, generalmente, lo sexual también forma parte del combo.
Otros hechos que pueden producir infidelidades, tanto en hombres como en mujeres, son las disfunciones sexuales, la insatisfacción sexual, el aburrimiento y –aunque te parezca extraño- la venganza a partir del maltrato, la indiferencia o quizás una infidelidad previa de la pareja.
Fuente: discoverymujer.com