Un robot puede eliminar el cáncer infiltrante de vejiga

A través de una intervención mínimamente invasiva realizada a partir del uso del robot, René Sotelo, médico venezolano, realizó la primera operación de este tipo en América Latina. El paciente que recibió la intervención, afirma que se siente “maravillosamente bien” luego de 20 días de operado. La buena noticia es que la ciencia avanza en esa dirección y el país está preparado para llevarlas a cabo.

El cáncer de vejiga es una tumoración maligna que habitualmente se origina en ´´la piel´´ del epitelio transicional, que recubre la vejiga por dentro. Inicialmente se presenta como verrugas que crecen hacia la luz de este reservorio y en la medida que crece esta lesión, también compromete el espesor vesical alcanzando la capa muscular, momento en el cual se considera infiltrante.

En la mayoría de los casos el cáncer vesical es una lesión superficial y recurrente, cuando deja de serlo y se convierte en múltiple, agresiva e infiltrante, requiere tratamientos más agresivos que incluyen la remoción completa la vejiga con creación de un nuevo reservorio que generalmente se fabrica a partir de intestino delgado; esto en términos médicos se conoce como: Cistoprostatectomía radical con creación de neovejiga. En el caso de la cirugía que practica René Sotelo, también se le atribuyen las características de ortotópica lo que quiere decir que la localizan en el mismo sitio de la vejiga nativa y laparoscópica asistida por un Robot. Esto que a este nuevo reservorio que se construye íntegramente con la ayuda del robot, se pegen los uréteres que son los conductos que traen la orina de los riñones y también se conecte a la uretra que es el conducto que permite expulsar la orina hacia el exterior siguiendo su trayecto natural.

La esperanza deja de ser una palabra

Cistoprostatectomía radical con creación de neovejiga ortotópica intracorporea con robot, es el nombre del procedimiento que está cambiando la forma de operar a pacientes con cáncer infiltrante de vejiga. Venezuela fue el primer país de América Latina en realizarla. Esta operación fue realizada por el equipo del Centro de Cirugía Robótica y de Invasión Mínima del Instituto Médico La Floresta, cuyo Director Médico y encargado de llevarla adelante es René Sotelo. Así mismo este centro fue pionero en realizar la misma cirugía con abordajes asistidos por laparoscopia* y después completamente laparoscópicos. Con la evolución de la cirugía robótica, la intervención se duplicó exactamente en primera instancia realizando el reservorio extracorpóreo para finalmente hacerlo completamente intracorpóreo con los grandes beneficios de anular el tiempo de exposición de los intestinos al medio ambiente previniendo complicaciones como la obstrucción o parálisis, conocida en términos médicos como íleo, además de evitar la sobre disección de los uréteres con su posible estrechez secundaria y permitiendo una resección de ganglios mas amplia. Como otro de los grandes beneficios, está la reducción significativa del tiempo quirúrgico (de 8 a 6 horas, casi la mitad), además de la disminución del dolor postoperatorio traducido en un tiempo de reincorporación a la vida cotidiana mucho más pronto.

“A pesar de los avances tecnológicos y técnicos, la cirugía laparoscópica convencional, que se venía usando en estos casos se encuentra limitada todavía por la pobre ergonomía de los movimientos y la ausencia de visión tridimensional. La tecnología robótica ha sumado importantes contribuciones para la facilitación de movimientos en campos reducidos. Los procedimientos urológicos han sido beneficiados de manera más importante con estas funciones especializadas” afirma Sotelo.

Por eso, con el uso total del robot, la cistoprostatectomía radical cobra una nueva dimensión. “Con este tipo de intervenciones robóticas, el cirujano hace pequeñas incisiones de 8 milímetros para introducir al robot y a partir de allí comienza el proceso. Se corta y se extrae la vejiga lesionada; para confeccionar una nueva utilizando un trozo del intestino delgado (semejando el resultado final a una pelota de béisbol con una capacidad aproximada de 400cc). Una vez que se sutura este nuevo reservorio a la uretra por el otro extremo se conectan los dos tubos que vienen de los riñones conocidos como los uréteres. Posteriormente se realiza una resección de los ganglios linfáticos que pueden estar afectados por la enfermedad primaria”.

Postoperatorio y supervivencia

En la observación posterior a la intervención que se ha hecho en los casos europeos y norteamericanos, ha quedado demostrado que el índice de complicaciones postoperatorias de las cirugías asistidas o hechas con robot son mucho menores que en las cirugías abiertas. En cuanto a la supervivencia de los pacientes, esta depende mucho de su estado general.

“En el Centro de Cirugía Robótica y de Invasión Mínima (CIMI) tenemos más de 25 pacientes operados por laparoscopia y 6 asistidos con robot, todos en buen estado.Sin embargo después de esta primer experiencia totalmente con robot, estamos seguros que esta es una técnica innovadora, que seguiremos desarrollando”, dijo Sotelo.

Jesús Marrero. El primer caso de éxito

Jesús Marrero es la primera persona en América Latina que se hace este tipo de intervención mínimamente invasiva con robot en su totalidad y después de 20 días de haber salido del pabellón asegura que se siente “maravillosamente bien”.

Marrero, un trabajador fronterizo, ya tenía en su haber unas 6 intervenciones endoscópicas para extirparle tumoraciones en la vejiga. Todas esas operaciones no habían superado la barrera de los 70 minutos de duración.

En el último chequeo que se realizó el paciente con Sotelo, llegaron a la conclusión que necesitaba una cistoprostatectomía, o la eliminación por completo de su vejiga con una reconstrucción de la misma a partir de su intestino delgado. Así se convirtió en la primera persona en beneficiarse de esta técnica.

Según cuenta, es una operación larga si se compara con las anteriores. Pero la recuperación ha sido muy rápida. “Tengo 20 días de operado y a estas alturas ya como normalmente y mis funciones para ir al baño son totalmente normales también”.

A los muy pocos días de haber abandonado la mesa de operaciones, Jesús Marrero ya estaba haciendo su vida como de costumbre. De la cirugía con robot dice: “Tenía mis dudas como todo el mundo, pero ahora veo que eran infundadas. Ya no tengo sondas, camino, me baño…vivo”. Marrero espera por los resultados de su biopsia para que según esto se determine la necesidad o no del tipo de tratamiento adicional. En todo caso, es un hombre esperanzado y lleno de fe en el futuro, porque gracias a este tipo de intervenciones, ahora tiene una nueva oportunidad.

*Acerca de la cirugía asistida solo por laparoscopia

Cosiste en realizar una herida de 4 a 5 cm, a través del cual se exterioriza un segmento de intestino delgado, aproximadamente 60 cm, a partir del cual se confecciona un nuevo reservorio donde se conectan los uréteres previamente disecados de manera extensa para poder ser exteriorizados y a continuación se introduce todo dentro de la cavidad abdominal y se conecta la uretra de manera intracorporea.

Acerca de René Sotelo

René Sotelo, como cirujano especialista en el tema, formó parte del selecto grupo de expertos urólogos de índole internacional con gran dominio del procedimiento quirúrgico realizando 12 cirugías en Shanghai y Pekin, anteriormente ha sido participe en el grupo de la Universidad del Sur de California con quienes compartió la iniciativa de la técnica quirúrgica. A partir de esa experiencia, se realizo la primera Cistoprostatectomía radical con creación de vejiga ortotópica, intracorporea, totalmente con robot en Venezuela y de América Latina con éxito total.

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