Los frutos secos son una fuente natural de vitaminas y minerales cuando se consumen con moderación. Integrarlos a tu dieta diaria será muy positivo para tu alimentación y te proporcionará numerosos nutrientes.
El hecho de que los frutos secos contienen una gran cantidad de calorías y grasas hace que mucha gente rechace su consumo. Sin embargo, cuando se añaden a la dieta de una manera moderada, los frutos secos son una verdadera fuente de salud.
Así, en los últimos años un gran número de estudios científicos llevados a cabo en distintas instituciones académicas de prestigio mundial han revelado que la ingesta de frutos secos reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares favoreciendo el flujo sanguíneo, especialmente las almendras, avellanas, pistachos, nueces y cacahuetes.
Además, los frutos secos son una fuente de proteínas; fibras (contenida en todos los frutos secos y las cuales aparte de reducir los niveles de colesterol son capaces de hacernos sentir «llenos»); anti-oxidantes (que reducen el riesgo de sufrir cáncer de próstata); vitamina E (destruye las plagas que se causan en las arterias favoreciendo el riego sanguíneo) y omega 3 (capaces de reducir los niveles de colesterol y proteger el corazón).
Aunque la mayoría de la grasa contenida en los frutos secos es grasa saludable, su elevado contenido en calorías hace que sea fundamental consumirlas moderadamente. Lo ideal sería sustituir las grasas saturadas y poco sanas encontradas en las carnes, huevos y productos lácteos por un puñado de frutos secos que pueden ser ingeridos como refrigerio o añadidos en una buena ensalada.
Solo un consejo. Evita los frutos secos salados y tenga en cuenta que el aceite de frutos secos, aunque contiene muchos de los beneficios propios de los frutos, no contiene sus mismos niveles de fibra, lo cual reduce sus beneficios naturales.
Fuente: www.nosotras.com