Un riesgo, tomar edulcorantes sin necesitarlos

Los sustitutos de azúcar son alternativas para personas que tienen problemas de diabetes u obesidad, a fin de dar una mejor condición de vida a estos pacientes; sin embargo, en quienes no tienen esos problemas podrían ser dañinos. «Para quienes no tienen por qué ocuparlos, pero los usan como alternativa para no subir de peso, podría ser un riesgo», advierte la investigadora Patricia Ramos Morales, del Laboratorio de Genética y Toxicología Ambiental de la Facultad de Ciencias de la UNAM.

De las marcas comerciales, una contiene aspartame, sustancia que no se sugiere para quienes padecen fenilcetonuria, enfermedad metabólica donde se generan sustancias derivadas, como la fenilalanina, que no pueden ser degradadas y producen una reacción tóxica. En niños, puede llevar a una afectación irreversible del sistema nervioso.

Ese producto está diseñado para consumirse en alimentos ya hechos, pero si se utiliza en un proceso de cocción y se somete a temperaturas elevadas, o a condiciones de acidez como la de un jugo de naranja, se rompen sus moléculas y se produce metanol. Este alcohol produce ceguera; más adelante se puede generar formaldehído, tóxico para el sistema nervioso, afecta las funciones motoras y es cancerígeno.

Por ello, aclaró, es importante conocer en productos alimenticios y farmacéuticos cuáles son las consecuencias de su uso a corto, mediano y largo plazos. Lo mejor, apuntó, es emplearlos en las cantidades y concentraciones que se requieren, no por toda la población, porque no hay información que indique sus posibles consecuencias.

Fuente: muyinteresante.com.mx

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