El embarazo adolescente y sus múltiples riesgos

La falta de comunicación familiar, la desinformación, la escasa educación sexual y el ímpetu irrefrenable por experimentar nuevas sensaciones a través de las relaciones sexuales son los principales factores del embarazo adolescente, un fenómeno con gran presencia en los países hispanoamericanos y que afecta, en su inmensa mayoría, a los sectores de menor nivel socioeconómico.

El embarazo adolescente o precoz es el producido entre el inicio de la pubertad (en el entorno de los 10 años) y los 19 años, y en la enorme mayoría de los casos se trata de un embarazo no deseado, ocasionado por l mal uso o la ausencia de métodos anticonceptivos.
En tanto la joven embarazada aún está en una etapa de desarrollo y crecimiento, los riesgos y complejidades de la gestación y el parto (tanto para la madre como para el bebé) son mucho mayores que los de las mujeres embarazadas mayores de 20 años. Como dato ilustrativo, la tasa de mortalidad infantil casi el triple en las madres adolescentes que en las mujeres adultas. Los riesgos a nivel de salud se acompañan de otras problemáticas a nivel psicológico y social dada la dependencia socioeconómica y emocional de todo adolescente.

Riesgos médicos del embarazo adolescente

Al encontrarse aún en etapa de desarrollo, la adolescente presenta desventajas biológicas respecto a la mujer adulta tanto en la gestación como en el parto. La pelvis y el canal de parto aún no han alcanzado su capacidad definitiva, lo cual tiene consecuencias más serias si la joven se encuentra en la etapa de adolescencia temprana, antes de los 15 años.

Entre los principales riesgos durante el embarazo se encuentran la anemia, la pre-eclampsia (hipertensión inducida durante el embarazo) y la placenta previa (la placenta crece en la parte más baja del útero). Las adolescentes tienen más posibilidades de sufrir partos prematuros o prolongados, así como complicaciones intraparto, lo cual incrementa los riesgos de salud del bebé. Estos riesgos se acrecientan en las madres menores de 15 años, no solamente por razones orgánicas sino socioeconómicas, como la mala alimentación o los escasos controles prenatales.

Entre las madres adolescentes se multiplica la proporción de cesáreas y es frecuente el bajo peso del bebé. Otras complicaciones incluyen ictericia neonatal, malformaciones y mortalidad perinatal, cuyas cifras disminuyen con el avance de la edad de la madre.

La correcta e inmediata atención del embarazo adolescente, siguiendo controles especializados, permite disminuir los riesgos llevando las cifras predominantes a niveles similares a los de las madres adultas.

La madres adolescentes: consecuencias psicosociales

Las complicaciones del embarazo adolescente no solo engloban el terreno biológico, sino fundamentalmente el social y psicológico. En la gran mayoría de los casos, la adolescente embarazada se ve obligada a interrumpir la normalidad del ciclo educativo y a asumir responsabilidades y tareas muy diferentes al de su núcleo de pares.

Las complejidades psicológicas son muy elevadas en la adolescencia temprana, donde por lo general el padre del bebé es una figura ausente y por lo tanto no hay un proyecto de compromiso familiar para la crianza y educación del hijo. Las adolescentes entre 17 y 19 años, por el contrario, tienen mayor madurez de asumir el embarazo (aún cuando no sea deseado) con el apoyo de un compañero, con quien inicia un proyecto de familia. En todos los casos, el respaldo del núcleo familiar de la joven embarazada es fundamental tanto para dar una crianza adecuada al bebé como para brindar un sostén emocional a la nueva madre, que aún no ha alcanzado la absoluta madurez y autosuficiencia.

Las expuestas son solo algunas de las razones por las que se hace indispensable la educación preventiva contra el embarazo adolescente. El adecuado uso de métodos anticonceptivos (que además prevengan de las ETS, como el preservativo) es una medida básica para evitar el embarazo, aunque no menos importante es fomentar el diálogo familiar y la educación a nivel formal sobre la importancia de la planificación familiar y de la salud sexual responsable.

Fuente: blogsexologia.com

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